Si, si, malditos VPS. En mala hora tuvimos la idea de pasar nuestros proyectos pequeños a un VPS (Servidor Virtual Privado).
Vivíamos felices y tranquilos con la mayoría de proyectos pequeños, de comercio electrónico y webs corporativas, en un hosting compartido, sin demasiados problemas graves. El precio, el servicio y la rapidez eran aceptables, exceptuando alguna limitación de espacio o de tráfico, que quedaban resueltas con las correspondientes ampliaciones de los planes de hosting.
Pero no, la obsesión por mejorar a veces te hace perder el Norte. Pensamos que los VPS nos aportaría más calidad en el servicio (más rapidez, más espacio, más autonomía, etc.). Y porque no decirlo, más ganancias económicas al tener más margen comercial por cada alojamiento.
Y al principio así fué. Todo era muy bonito… hasta que vinieron los problemas:
– Un cliente se desmelena y envía un boletín a 2.000 direcciones pescadas de Internet sin consentimiento de los propietarios. Ahí estamos, IP del servidor bloqueada en las listas negras de SPAM (blacklists), y ya tienes 25 clientes llamándote por teléfono -enfadados- porque les rechazan todos los emails que escriben. Venga, un montón de trabajo a cambiar la IP a todos los servicios del VPS y dos días de broncas de parte de los clientes.
– Al poco, una web de un cliente, con un WordPress prehistórico y una contraseña fácil, resulta infectada con un troyano que envía spam a diestro y siniestro. Otra vez, begin the beginning. IP bloqueada, clientes enojados …
– Pero aún hay más. A continuación un ataque de DoS (Denegación de Servicio). Miles de conexiones de diferentes IP de todo el mundo que saturan el servidor. Para pararlo llegamos a la conclusión de que no tenemos más remedio que volver a cambiar la IP. Os suena?
– Eso sin contar que nunca hemos conseguido que el señor Hotmail deje de poner en la carpeta de SPAM los emails que provienen de nuestro VPS.
– A esto súmale las continuas llamadas de los clientes preguntando como se configura el correo en el móvil, cuál es la contraseña ftp, etc…
– Además, ¡todo pasa siempre en fin de semana! 🙁
Resumiendo: No somos una empresa de hosting, somos una empresa de creación de tiendas virtuales. Tenemos un técnico de sistemas , ya que algunos proyectos grandes merecen su propio VPS o dedicado, pero los proyectos pequeños que no lo necesitan, con un hosting compartido van que se las pelan … y nosotros, a dormir tranquilos.
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